Poesías de la Tierra del Pan


LA VILLA


Asciendo por el sendero tortuoso
que un día mi abuelo creó a fuerza de pies y azada,
voy subiendo hasta llegar a lo alto
y percibir un aire más fresco y una visión perfecta.
Ahí está la carretera, las casas circundantes,
allá al fondo la era, la laguna escasa de agua,
hombres con aperos que van y vienen,
una vecina que torna de la tienda y se detiene
a parlar con quien descansa sentada
en el poyete de piedra que jalona la casa,
el tractor que destila un rastro polvoriento,
calles solitarias, senderos perdidos
para recrear el alma en la soledad sestera.


Mª Soledad Martín Turiño - Castronuevo de los Arcos -